UNICORNIO

Hace muchos años, en una ladera junto al monte de la alegría, había un pequeño pueblo con un bosque habitado por una criatura mitológica: un unicornio. Durante mucho tiempo, había reinado la armonía pero últimamente las cosas habían ido de mal a en peor. Se perdieron cosechas, los lobos diezmaron el rebaño y la enfermedad minaba la salud de los lugareños. Hartos de sufrir penurias, los aldeanos convocaron a un mago ermitaño que vivía aislado para pedirles explicaciones de la mala racha que vivían y éste, utilizó sus poderes y convocó a los elementales: espíritus simples que habitaban en un nivel espacio-temporal diferente al nuestro. Éstos, les dijeron que el culpable era el unicornio, según el mago, necesitaba una doncella de corazón puro pero al mismo tiempo de alma generosa y una cadena de plata para retenerlo. Anabel, la más hermosa entre todas, estaba dispuesta a sacrificarse por su aldea, así que accedió a todo y se puso en camino. Corría a principios de agosto y el unicornio al verla, la siguió. Ella, al verlo, tuvo dudas respecto al ser el unicornio responsable de todo mal pero como había dicho el mago, es manipulador y engañoso y te hará ver lo que tu más desees así que no te dejes engañar. El unicornio quedó prendado de Anabel y como criatura mágica que era, podía adoptar la forma que quisiera, así que se convirtió en el ser humano más hermoso que jamás viera mujer. Así, transcurrieron los días, hasta que una noche de plenilunio de Agosto, cerca del amanecer, dos corazones extraños de mundos diferentes latieron al unísono al unirse en cuerpo y alma arrullados por el agua de un riachuelo que discurría en las lindes del bosque.

El mago que amaba Anabel en silencio, vivía devorado por los celos. Aunque ya sabía que el unicornio era inocente de los males que aquejaban a la aldea, utilizó todo su poder. En primer lugar, vertió el veneno de la duda en los oídos de Anabel y luego convirtió su corazón en piedra. Una noche durante la luna muerta, Anabel ató a su amado con cadenas de plata e inmediatamente fue apresado por los aldeanos que lo maltrataron. Los exhibieron en otras aldeas y le arrancaron el cuerno de su frente, la fuente de donde emana todo su poder. El unicornio murió de tristeza y su cadáver fue arrojado por un barranco, más al caer la noche surgió de ese lugar un basilisco que incendió el bosque agostó los campos de cultivo, envenenó el río y destruyó la aldea hasta los cimientos.

El mago perdió todo su poder y los elementales a los que había utilizado tanto tiempo lo devoraron. 

El corazón de Anabel, ya liberado del influjo del mago, volvió a latir en su pecho y lo hizo con tanta amargura, desesperación y desamparo que fue al claro del bosque donde fue feliz una noche y allí, sin poder soportar el dolor que sentía en su pecho, se arrancó el corazón arrebatándose con ello su dolor y su vida convirtiendo su cuerpo en piedra.

Ya han pasado muchos años, por el camino sin retorno, cerca del monte del olvido, se encuentra un paraje yermo (antes un frondoso bosque) donde no nace una flor vigilado por una roca que si te fijas bien tiene forma de mujer. Cuentan algunos peregrinos errantes, perdidos en las noches de plenilunio de Agosto, que oyeron el rabioso galope de una criatura que no es de este mundo y el llanto desconsolado de una mujer que una vez lo fue.