El último tren




Había esperado demasiado tiempo. El tren que pasaba por la aldea, se había llevado demasiados sueños. En él, partió un aciago día, la que iba a ser la mujer de su vida. Después, uno tras otro desaparecieron sus mejores amigos. Por  último, sólo le quedaba esperar a él un poco más. Tenía paciencia, así que un buen día se sentó en el andén y se puso a esperar.

Se vio un burrito atado a la ventana junto a la mujer que amaba en una pequeña casita. Había poco espacio mas eso hacía que estuviesen más unidos, pero él  no estaba satisfecho  por lo que esperó un poco más. He de añadir, que se encontró en una gran mansión con un poderoso caballo en el establo y una hermosa mujer la cual apenas veía, llenando su vida de grandes espacios vacíos y grandes silencios, mas no era eso lo que quería. Estaba en un palacio lleno de sirvientes y de ruido. En algún lugar, intuía que tenía una familia, aunque ya no estaba seguro de nada  y, de pronto, despertó.  Se vio sólo, el último tren ya había pasado por lo que no existía el pueblo. Trató de subir la rampa donde estaba el andén pero no podía. Miró en el espejo de su alma y, de pronto, se dio cuenta de que había envejecido, trató de volver a los orígenes de su existencia mas el camino había desaparecido.

Había esperado demasiado tiempo y el último tren ya había partido.

Comentarios

  1. Que relato más verdadero a veces la espera no nos deja ver lo que tenemos y dejamos pasar el tren de la vida ..Y ese nunca vuelve ..Hay que vivir el presente y dejar que futuro nos sorprenda ..
    Un bonito relato..Un saludo muy fuerte.

    ResponderEliminar
  2. Hay trenes que pasan pocas veces por la vida y si los dejamos pasar puede que nos quedemos esperando. Lo triste es que ningún tren vuelva a pasar.
    Bss.

    ResponderEliminar
  3. Es que la vida va pasando mientras esperamos y vamos perdiendonos el presente. Muy bueno, besos.

    ResponderEliminar
  4. Eso sí que es triste: limitarse a esperar ese "algo ideal" que no llega y darse cuenta tarde que perdimos todo nuestro tiempo en esa espera. Saludos.

    ResponderEliminar
  5. En la espera está la desespera, o la desesperanza.
    Mirar en el espejo del alma... Intensa y bella alegoría, de verdad.
    Un texto que nos hace pensar sobre la filosofía de la vida.
    Un beso grande.

    ResponderEliminar
  6. Me gusta lo de mirar en el espejo del alma .

    Un buen relato y es que la vida es como un tren que viajamos en el tiempo.

    Besos.

    ResponderEliminar
  7. No es bueno esperar mucho y mucho tiempo sentado. Pero sobre todo sin saber bien qué se quiere, como tu personaje

    ResponderEliminar
  8. Creo que tal vez la espera de un regreso no le dejó ver otra oportunidad, tal vez con otra mujer. Incluso con una mujer próspera y más joven que él. Tal vez habría sido más feliz que con aquella mujer que se fue para no volver.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  9. El problema de pensar en la meta y dejar de disfrutar el camino, los amores y desamores, la ilusión y desilusión, lo imperfecto, la paciencia y el arrebato, la espera de un atardecer que haya retenido algún recuerdo
    Beso

    ResponderEliminar
  10. Es cierto, las oportunidades en la vida que se dejan pasar se pierden
    irremediablemente.

    Un abrazo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

RECUERDOS DE UNA VIDA ANTERIOR

UNICORNIO