Insidia
Una gran mentira fuiste tú en mi vida
junto a mis silencios y mi indecisión,
De tanto quererte, descendí al infierno
arrastrado al fuego de la incomprensión.
No hubo miradas que enciendan promesas
ni labios vertiendo palabras de amor,
tan sólo un iluso persiguiendo un sueño
y creyendo el bulo que él mismo inventó
Volvió a repetirse la historia de siempre
la losa que arrastro con el corazón,
la mentira lastra las alas del alma
y nos hace esclavos de nuestra pasión.
Buenos día sin duda la gran mentira que más nos puede doler es aquella que juegan con nuestros sentimientos y aquí en tu poema es lo que me transmite ...
ResponderEliminarUn bello y desgarrador verso .
Un saludo y feliz sábado.
Gracias, a veces vivimos tan dentro de nuestro mundo que no vemos la realidad hasta que chocamos con ella. Por cierto muy hermoso tu poema sobre la dualidad de la verdad y la mentira, y la cita no la había leido.
ResponderEliminarLas mentiras a la hora del amor, duelen y matan irremediablemente lo que el corazón con esperanza, fue construyendo. Un placer ver que nuevos participantes se suman a nuestros encuentros jueveros 😊
ResponderEliminarEsas mentiras que nosotros mismos creamos, sobre todo si el amor esta por medio. Bello texto. Besos.
ResponderEliminarTriste, pero al menos el poema está escrito en tiempo pasado. Es decir, que aquella mentira ya terminó. Muchas veces nos obligamos a vivir como cierta una realidad que ya no existe, o un amor que nunca existió. Lo bueno es que las mentiras en algún momento se caen por su propio peso.
ResponderEliminarDisfruté la lectura.
Un abrazo.
Pasa eso. Una mentira sumada a una pasión produce eso, como decís, lastrar las alas del alma.
ResponderEliminarBuena participación, que os agradezco mucho.
Un abrazo.
Amor y mentiras, malos compañeros para el corazón :(
ResponderEliminarBss.
Me ha gustado tu poema, lo que en él dices y cómo lo dices.
ResponderEliminarPreciosos versos con buenas rimas. La mentira, a veces es uno quien la provoca para seguir a sí corazón, siempre es una carga. Quitarse la venda de los ojos, al final, es liberador.
ResponderEliminarUn abrazo
Buen poema:)
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